Según el escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía de la Audiencia Nacional considera probado que, momentos antes de las 0,30 horas del 20 de octubre de 2000, Gorka Joseba Lupiañez y un menor, cubiertos con una capucha y pañuelo en la cara para no ser identificados, colocaron un artefacto explosivo-incendiario en la puerta de entrada al cajero automático de una sucursal del Banco Atlántico en Durango (Vizcaya).

El artefacto, que tenía un sistema de encendido manual a través de una mecha pirotécnica, explotó a las 0,30 horas del citado día, causando daños materiales de diversa consideración.