Entre los arrestados en esta operación, desarrollada en marzo del pasado año, figuran dos sargentos y un agete de la Guardia Civil, dos de los cuales fueron procesados por permitir que sus confidentes se quedaran y vendiesen parte de la droga de la que se incautaban.

Asimismo, figuran dos empleados de Iberia y un ex trabajador de la compañía, a quienes se les atribuye haber permitido que la droga entrase por la terminal de carga del aeropuerto de Barajas a cambio de dinero.

Esta supuesta desaparición fue denunciada a la magistrada por uno de los presuntos narcotraficantes y "arrepentido" Jorge Medina Binguier en la declaración indagatoria que efectuó tras ser procesado en octubre del pasado año por un presunto delito continuado de tráfico de estupefacientes, falsificación de documento de identidad, tenencia ilícita de armas y contrabando.

Medina, uno de los confidentes de los guardias civiles y que tras su detención se convirtió en "arrepentido", desvelando otras operaciones, declaró a la jueza en su indagatoria que, aunque los hechos recogidos en el auto de procesamiento eran ciertos, la droga aprhendida tras su detención en el vehículo de otro de los procesados esta distribuída en un total de 27 paquetes cuyo peso total debía sobrepasar los 27 kilogramos y, por lo tanto, no podía pesar 21.800 gramos, tal como recoge el auto según lo indicado por la policía.

Además, el "arrepentido" también señaló que en el procedimiento tampoco figura que cuando fue detenido llevaba encima un total de 900.000 pesetas.

Como consecuencia de estas declaraciones, y a petición de uno de los guardias civiles pocesados, la magistrada dictó un auto por el que acuerda deducir testimonio de la indagatoria prestada por Medina, "para la averiguación y esclarecimiento de los hechos a que en la misma hace mención, en relación a las 900.000 pesetas que dice no aparecer en el procedimiento y unos 5 o 6 kilos de cocaína de las incautadas tras su detención por los policías nacionales actuantes en el procedimiento".

Fuentes jurídicas señalaron a Servimedia que la magistrada ha procedido a declarar secretas estas investgaciones, mientras que el resto de la causa está pendiente de que la Sala de lo Penal celebre las vistas de los recursos de apelación presentados por los 16 imputados contra su procesamiento.

La desarticulación de esta red de narcotraficantes se produjo en marzo del pasado año después de que la Unidad Central de Estupefaciantes de la Brigada de Investigación de la Comisaría General de policía Judicial solicitase al juzgado la autorización para intervenir los teléfonos de uno de los procesados, AntonioRamírez, ante la sospecha de que formase parte de una organización internacional dedicada a la introducción y distribución de cocaína en España, que estaría formada además por Jorge Medina y Osiris Scanavio.

Como consecuencia de sus investigaciones, los agentes determinaron que Ramírez y Medina eran los encargados de recoger, ocultar y distribuir la droga, que entraba en España a través de la terminal de carga del aeropuerto de Barajas procedente de Bogotá.

Para esto último, contaban con la supueta colaboración de dos empleados de la compañía Iberia que trabajaban en esa terminal, Pedro Angel Rene Pinela y Luis Redondo Novellón, así como de un ex empleado, Miguel Angel Gorostola, quienes cobraban a cambio un millón de pesetas. Todos ellos han sido procesados por los presuntos delitos de contrabando y delito continuado de de tráfico de estupefacientes.

Además, los agentes sospecharon que en las operaciones pudieran estar implicados algunos guardias civiles, quienes, en connivencia con RamírezMedina, solicitaban al juez que autorizara la entrega vigilada de la droga y permitían que en el transporte de la misma desde el aeropuerto hasta Madrid los dos anteriores extrajeran y ocultasen parte de la cocaína para su posterior distribución, entregando el resto al receptor inicial que luego era detenido por los agentes.

DETENCIONES

Ramírez y Medina fueron detenidos por agentes de la policía el 7 de marzo pasado, mientras que al día siguiente fueron arrestados dos sargentos de la Guardia Civilun agente, así como uno de los empleados de Iberia y otro presunto narcotraficante.

El resto de los procesados fueron detenidos posteriormente como consecuencia de las confesiones que hizo el "arrepentido" ante la policía y ante el juzgado. Medina, además de desvelar otras operaciones similares, acusó a los tres guardias civiles de permitir que se quedaran con parte de la droga que introducían en España mediante el procedimiento de entrega vigilada con el fin de detener a los destinatarios finales dela misma.

También acusó a los agentes de quedarse con parte de la droga de la que se incautaban en sus servicios y de entregársela a él y a Ramírez para que la vendieran. Aseguró que ellos, por su parte, entregaron a los guardias civiles unos 50 millones de pesetas y 23 kilos de cocaína y dijo, asimismo, que los miembros de la Benemérita les permitieron quedarse con 16.000 de las 32.000 pastillas de éxtasis intervenidas en otra operación.

Además, aseguró que consiguieron introducir por el aeropueto de Barajas 5 o 6 maletas con droga procedente de Bogotá con unos 20 kilos de cocaína cada una, para lo que contaban con la ayuda de los empleados de la terminal.

Dos de los tres guardias civiles, el sargento Celestino Pizarro y el agente Francisco Javier Pedreño, que pertenecían a la Unidad de Policía Judicial, fueron procesados por la Audiencia Nacional el pasado mes de octubre por los presuntos delitos de tráfico de estupefacientes, falsedad en documento oficial cometido por funcionario público yprevaricación.