En su resolución, los magistrados señalan que no se explica en qué ha consistido el curso ni el aprovechamiento del mismo, cuando deben concurrir razones de "especial laboriosidad, disciplina y rendimiento" en las labores de trabajo que se realicen en prisión para ser merecedor de una redención extraordinaria.

"No se desprende otra actividad que la mera tarea ocupacional, sin que se advierta ponderación de las actividades como integrantes en un proceso de reeducación o de reinserción social ni de valoración alguna de su evolución positiva en el proceso de reinserción social", añaden los magistrados.

Los magistrados rechazan la tesis esgrimida por el recurrente de que la persona reclusa, por el mero hecho de serlo, trabaje o no trabaje, tiene derecho a la redención denominada vulgarmente "de patio" y con carácter ordinario.

En este sentido, señalan que "si el legislador hubiera previsto tal derecho en los términos que se indica, no hubiese impuesto la pena que establece para cada delito".

Además, señalan que el recurrente pretende en su escrito "justificar que el mero trabajo físico o intelectual cumple con el requisito de la laboriosidad y diligencia que se exige para la redención extraordinaria, lo que tampoco es de aceptarse".