Los magistrados consideran probado que Santiago Francisco Rodríguez Muñoz es miembro de los denominados Grupos de Resistencia Antifascistas Primero de Octubre (GRAPO) desde el año 2000.

Asimismo, el relato de hechos probados añade que, sobre las 7,10 horas del día 16 de mayo de 2002, Santiago Francisco Rodríguez Muñoz, junto con otro hombre y una mujer, "con el fin de allegar fondos a los GRAPO", abordaron en las proximidades de su domicilio al cajero principal de la oficina bancaria de la entidad Caixanova, Carlos C.B..

Tras identificarse como miembros de los GRAPO y mostrarle una pistola, le dijeron que caminase hacia la entidad bancaria donde trabajaba. Una vez allí, el cajero les franqueó la entrada.

Uno de los miembros del grupo asaltante se agazapó con el arma en el interior del búnker de caja, mientras que Santiago Francisco Rodríguez Muñoz se introducía en el despacho del director y un tercero quedó fuera de la oficina comunicado con sus compinches mediante un teléfono móvil.

Sobre las 7,40 horas, llegaron a la oficina el director y un empleado que fueron obligados a facilitar la clave o combinación de la caja acorazada y a abrir el cajero automático. Se apoderaron así de un total de 285.843 euros que metieron en una bolsa de un centro comercial que portaba la mujer del grupo.

Después, los tres asaltantes se marcharon del lugar y advirtieron a los empleados que no salieran ni hicieran ninguna llamada en 10 ó 20 minutos "si querían que no le ocurriera nada a la familia del cajero, que tenían controlada".

Para los magistrados, los hechos descritos son constitutivos de un delito de pertenencia a banda armada y otro de robo con intimidación en las personas con fines terroristas de los que es culpable Santiago Francisco Rodríguez Muñoz.

Así, imponen a dicho miembro del GRAPO 8 años de prisión por pertenencia a banda armada y 5 años más de cárcel por el delito de robo con intimidación en las personas con fines terroristas.