ETA

LA AUDIENCIA NACIONAL CONDENA A "KANTAURI" A 47 AÑOS DE PRISIÓN POR INTENTAR MATAR A DOS GUARDIAS CIVILES EN LLODIO

MADRID
SERVIMEDIA

La Audiencia Nacional ha condenado al dirigente etarra José Javier Arizcuren Ruiz, alias "Kantauri", a 47 años de prisión por haber intentado asesinar a dos guardias civiles con un coche bomba colocado frente al cuartel de Llodio (Álava), en mayo de 1985.

Los magistrados de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presididos por el juez Fernando García Nicolás, han encontrado a Arizcuren Ruiz culpable de un delito de atentado, otro de asesinato frustrado y seis delitos de detención ilegal.

La pena impuesta contrasta con la solicitada durante el juicio, celebrado el pasado 12 de febrero, por el fiscal de la Audiencia Nacional Carlos Bautista, quien pidió para el etarra 121 años de cárcel.

En la sentencia hecha pública hoy se considera probado que en 1985 Arizcuren Ruiz formaba parte del "comando Araba" de ETA junto con los también etarras Juan Carlos Arruti, ya condenado por estos hechos, María Soledad Iparraguirre, quien se encuentra cumpliendo condena en Francia, y Eusebio Arzallus.

En abril de 1985, los integrantes del "comando Araba" planearon cometer un atentado contra el cuartel de la Guardia Civil de Llodio (Álava), ya que habían sido informados de que una pareja de agentes salía todos los días a las 23.00 horas para patrullar, según expuso el fiscal.

Los terroristas prepararon en un caserío de Menagaray (Álava), propiedad del etarra Ángel Viguri, tres cajas metálicas en las que introdujeron en total 150 kilos de dinamita goma 2 y en las que metieron también numerosas traviesas de ferrocarril a modo de metralla.

El 1 de mayo de ese año, Arzallus y Arruti se desplazaron hasta la localidad de Miravalles (Vizcaya), en donde, a punta de pistola, se apoderaron de un coche y retuvieron al propietario contra su voluntad.

En ese momento, se unieron al grupo Arizcuren e Iparraguirre y se dirigieron, con el conductor en el asiento trasero del coche, hasta el caserío de Menagaray donde cargaron las cajas metálicas con los explosivos.

UNA FAMILIA RETENIDA POR LOS ETARRAS

Acto seguido se desplazaron hasta Llodio, donde, sobre las 22.00 horas, aparcaron el vehículo a unos 40 metros del Cuartel de la Guardia Civil, dejando el dispositivo preparado para estallar por control remoto.

Tras colocar el coche y activar el sistema remoto, los cuatro etarras, haciéndose pasar por policías, irrumpieron en un domicilio situado frente al cuartel, en donde retuvieron al matrimonio propietario de la vivienda, a sus tres hijas y al dueño del vehículo robado.

Allí esperaron a que la patrulla de la Guardia Civil de la que habían sido informados abandonara el cuartel, hecho que finalmente no se produjo, por lo que los etarras decidieron buscar un nuevo objetivo.

Finalmente, sobre las 3.15 horas de la madrugada del 1 al 2 de mayo, los etarras observaron un "Land Rover" de la Guardia Civil, ocupado por dos agentes, que se acercaba a la puerta del cuartel, por lo que decidieron hacer estallar la bomba del vehículo.

Si bien los etarras, debido al blindaje del coche en el que viajaban los guardias civiles, no consiguieron su objetivo, es decir, asesinar a los dos agentes, la explosión provocó numerosos destrozos en el cuartel y en los vehículos colindantes.

En la huida del domicilio, los etarras dejaron olvidada una pistola y la policía encontró en la vivienda varias huellas con las que pudieron identificar a Iparraguirre, Arizcuren, Arruti y Arzallus.

Además de los 47 años de cárcel, Arizcuren Ruiz deberá indemnizar con diferentes sumas de dinero a 26 personas cuyas viviendas o vehículos se vieron afectados por la explosión, además de pagar 49.918 euros al Estado por los desperfectos causados en el cuartel.

(SERVIMEDIA)
28 Feb 2008
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