En la sentencia, hecha pública hoy, la Sala de lo Penal considera probado que ese verano, Parot recibió del cabecilla etarra Franciso Múgica Garmendia, "Paquito", tres sobres franqueados y matasellados, con explosivos.

Uno de ellos estaba dirigido a Carlos Bernabéu, funcionario destinado en la Prisión Provincial de Murcia, y contenía un libro con 200 gramos de explosivo plástico, preparado para detonar al abrir la tapa del ejemplar.

El encaro inicial comprendía la entrega directa del paquete en el domicilio del funcionario, pero ante las dificultades que planteaba, Parot lo envió por Correos, poniendo como remitente en un nuevo sobre al Gobierno Civil de Murcia.

El 11 de agosto, un amigo de la familia retiró el paquete de Correos y se lo entregó a la madre del funcionario, quien no lo abrió, al conocer por televisión que había sido enviado un artefacto a un funcionaro de la prisión de Murcia.

Como pruebas de esos hechos, el tribunaltoma en consideración las declaraciones efectuadas por Parot en la fase sumarial, quien reconoció haber traído desde Francia a Madrid las cartas-bombas, uno de cuyos destinatarios era el funcionario de la cárcel de Murcia.

La Sala argumenta que de los hechos probados se infiere "con claridad" un delito de atentado consumado en concurso ideal con otro de asesinato frustrado, lo que se evidencia tanto por "la inaparente forma de actuación -la simple apertura de un libro-, como por la cantidad de materia deflagrante que contenía -podía ocasionar la muerte del destinatario y de las personas próximas a su entorno".