Los magistrados de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal, presididos por el juez Alfonso Guevara, han encontrado a López Resina culpable de los delitos de depósito de armas de guerra y de tenencia de explosivos.

Según consta en la sentencia hecha pública hoy, los magistrados consideran probado que, en junio de 2003, tras recibir de la dirección de la banda terrorista la orden de integrar el "comando Barcelona", el etarra Felipe San Epifanio se desplazó a la capital catalana, donde fue recibido y alojado por López Resina, quien ya formaba parte de este "talde" de ETA, en un piso situado en la calle Padilla.

En los últimos días del mes de junio de ese año, ETA dejó a disposición de San Epifanio y López Resina armas y diverso material para la confección de artefactos explosivos en el interior de un vehículo estacionado en un aparcamiento del centro de Barcelona.

Los miembros del comando almacenaron todo este material en el piso de la calle Padilla "para la eventual ulterior ejecución de actos de violencia terrorista". En el mes de septiembre, los etarras se trasladaron a una vivienda de la calle Aragón, trasladando con ellos parte de las armas y del material explosivo.

Los miembros del "comando Barcelona" -la acusada entre ellos-, abandonaron ambas viviendas tras la detención de Felipe San Epifanio en Barcelona el día 28 abril de 1994.

Al día siguiente de la detención de San Epifanio, la policía registró el piso de la calle Padilla. En la vivienda, los agentes encontraron un subsufil, un cargador de pistola, diversos cartuchos, 48 kilogramos de explosivo amosal, dos tubos de plástico de los utilizados como lanzaderas de granadas y cuatro paquetes con explosivo amenitral.

Además, se halló diverso material para la confección de bombas, como una ollas, temporizadores, cordón detonante, tornillos y manuales con el anagrama ETA sobre explosivos. También se incuataron numerosos juegos de matrículas de vehículos, tres bigotes y una barba postizos y planos y mapas de diversos lugares de Cataluña.