Los 17 magistrados que conforman el pleno decidieron dar curso a la petición de las autoridades de Estados Unidos y extraditar a Al Kassar, quien fue detenido el pasado 8 de junio en el aeropuerto de Barajas (Madrid), según informaron fuentes de la Audiencia Nacional.

El ciudadano sirio, que lleva varios años viviendo en Marbella (Málaga), está reclamado por el Tribunal Federal del Distrito Sur de Nueva York por el intento de venta de armas.

La justicia norteamericana acusa a Al Kassar de conspiración para proporcionar ayuda y medios materiales a una organización terrorista, conspiración para matar a oficiales y ciudadanos estadounidenses, conspiración para usar y adquirir misiles antiaéreos, y blanqueo de capitales.

INCITACIÓN AL DELITO

La defensa Al Kassar había mantenido que la extradición de su cliente no se ajustaba a la legislación española al considerar que las autoridades norteamericanas cometieron varios delitos en la operación que realizaron para detener a Al Kassar.

A su juicio, los efectivos de la Agencia Norteamericana Antidroga (DEA) que participaron en la operación para detener a Al Kassar cometieron una incitación al delito. La legislación española considera nulos los delitos provocados.

Según el relato de los hechos que realizaron en varias ocasiones los abogados del ciudadano sirio, los agentes norteamericanos simularon un escenario virtual y se hicieron pasar por miembros de las FARC para contactar con Al Kassar, con quien supuestamente se reunieron para cerrar una venta de armas.

Según la versión norteamericana, los representantes con los que Al Kassar se reunió no eran agentes encubiertos de la DEA, sino representantes de "otros gobiernos" que denunciaron a Estados Unidos al sirio por intentar venderles armas, supuestamente para que las FARC atentaran contra intereses estadounidenses.

VENGANZA DE BUSH

Cuando Al Kassar declaró ante la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal, el pasado 4 de octubre, dijo que no aceptaba ser extraditado en Estados Unidos porque este país no ofrece "garantías de un juicio justo", y afirmó no haber cometido ningún delito porque no es "traficante, sino comerciante legal de armas".

También afirmó que el hecho de que las autoridades de Estados Unidos quieran encarcelarle es "una venganza política" del presidente norteamericano George W. Bush, ya que el sirio le había criticado en numerosas ocasiones.

En dicha vista, los magistrados de la Sección Cuarta decidieron admitir la extradición del sirio pero imponiendo como condición a las autoridades americanas que Al Kassar no pudiera ser condenado a muerte.

Ahora, el pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presidido por el juez Javier Gómez Bermúdez, decidió no antender a las reclamaciones de Al Kassar, quien había recurrido la decisión de la Sección Cuarta, y autorizaron su extradición.

En todo caso, será el Consejo de Ministros quien deba autorizar en última instancia la extradición de Al Kassar a Estados Unidos.