La sentencia absolutoria, sin embargo, ordena el ingreso de Mosella en un centro psquiátrico penitenciario del que no podrá salir sin permiso del tribunal, y le prohibe que vuelva al término municipal de Llobera en 30 años. Según la resolución, el condenado deberá pagar 30 millones de pesetas en concepto de indemnizaciones por las os muertes.

En el juicio celebrado el pasado lunes contra Vicenc Mosella, tanto el fiscal, como la acusación particular, como la defensa pedían la libre absolución.

En opinión de los médicos forenses que le examinaron, el autor de los crímenes sufre psicosis delirante, a pesar de que él piensa que tiene las facultades normales y pide cumplir condena en una cárcel catalana.

Durante la vista por la muerte de los dos leñadores, Mosella reivindicó la propiedad de las tierras en las que trabajaba cuando les disparó con una escopeta en octubre de 1989, y se arrepintió de la muerte de uno de ellos, mientras insistió que el otro, Josep Utrero, le había amenazado en varias ocasiones.

Vicenc Mosella ya había asesinado en 1973 a Julià Tarrés, un vecino de la zona que había comprado parte de la finca Montraveta, situada en Llobera (Lérida), y que años atrás había pertenecido a Mosella hasta que por cuestiones hereditarias se quedó sin propiedades.

Precisamente en uno de los permisos que tuvo enel psiquiátrico de Carabanchel, donde fue internado tras el juicio por la muerte de Tarrés 15 años antes, el agresor volvió a su pueblo y dio muerte a Utrero y Massana.