Según el auto, la secta, que fue desintegrada el 10 de julio de 1990, es "un grupo social asaltado", refiriéndose a la intervención de la policía y de la justicia en su desarticulación.

Para la Audiencia, "los padres tienen derecho a vivir con sus hijos n el país que quieran", así como a "orientarlos hacia las convicciones morales, religiosas o filosóficas que prefieran, con la única limitación del Código Civil español".

Esta resolución revoca la decisión de una jueza de primera instancia de Barcelona que dio la tutela de los 20 niños a la Generalitat, aunque la guardia y custodia la concedía a los padres. La sentencia fue dictada en julio de 1990, coincidiendo con la desarticulación del grupo.

La Audiencia de Barcelona, sin embargo, cree que nose puede demostrar que los miembros de la comunidad religiosa "La familia del amor", conocida como "Niños de Dios", constituyan una secta que desatienda a sus hijos.

El nuevo auto indica que la jueza que ordenó que la Generalitat se hiciera cargo de los menores "sin prueba alguna encaja al grupo social asaltado dentro de la corriente de otra secta que, considerada nociva en su ideología, ha sido prohibida en muchos países".

Para los magistrados, existe un "error de confusión con la secta prohibid", y afirman que el grupo en cuestión mantiene una doctrina diferente a la generalmente aceptada. Según la resolución, los niños recibían una educación en la que priman las cuestiones morales, filosóficas y religiosas sobre los conocimientos científicos, y compara esta enseñanza con la que se da en las escuelas de religión católica.

El centro al que fueron enviados los menores es definido como "asilo" en el auto, en el que que se asegura que los psicólogos que los analizaron lo hicieron más para justiicar la operación policial de desarticulación de la secta que para describir posibles anomalías intelectuales.

La sentencia recrimina también a la Administración que la "operatividad demostrada en este caso contra educaciones integrales" pueda encaminarse hacia otras étnias, como las que viven "al margen del río Besós, el Maresme o los que despiertan en los menores vocaciones de santidad".