La Sección Segunda de la Audiencia de Barcelona señala en el fallo que los efectos del éxtasis son estimulantes y alucinógenos y que crea dependencia psíquica, además de un importante riego de trastornos de conducta y de afectación neurológica.

Los tres condenados son Carlos Forné, conocido como "Charly", natural de Barcelona; el holandés Arnoldus Petrus Welten, "Arnold"; y el valenciano Manuel Lluch Vila.

La Audiencia les ha condenado por un delito contra la salud pública y por contrabando, y les acusa de haberse organizado para transportar a España un alijo de éxtasis, utilizando para ello un negocio de importación de vehículos entre Holanda y Valencia.

Según la sentencia,Forné se puso en contacto con el ciudadano holandés y éste con el valenciano, para introducir las pastillas en España. El 22 de abril de 1994, la policía interceptó a "Arnold" a su llegada a Barcelona y encontró en su coche 25 bolsas de plástico que contenían 25.000 comprimidos de éxtasis, con un peso de 14,9 kilos, que puestos a la venta en el mercado negro hubieran supuesto unos beneficios de 78 millones de pesetas.

Además de las penas impuestas a los procesados, la Audiencia de Barcelona les conden a pagar a cada uno de ellos multas por valor de 101 millones por un delito contra la salud pública y de 78 millones por el de contrabando.

Las Fuerzas de Seguridad han decomisado en los tres primeros meses de 1995 en Barcelona unas 300.000 pastillas de drogas sintéticas, cantidad superior a la inacutada durante todo el año 1994.