Almeida, que es abogada profesional con un largo historial de defensa de represaliados políticos durante el franquismo, señaló que en el TOP había fiscales que reclamaban la aplicación de la ley "con una cierta humanidad, pero él tenía una rigidez impropia para unas leyes que eran represoras".

a presidenta de Nueva Izquierda recordó que, al igual que con los demás fiscales del tribunal, se trata de una persona que ha pedido penas de cárcel para estudiantes, profesionales o políticos por cosas como manifestarse o ejercer otros derechos democráticos.

"Pero por parte de algunos fiscales había actuaciones más suaves, a mí con el personalmente me parecía uno de los fiscales más duros en la aplicación de las leyes", recalcó.

"Me parecía una persona que aplicaba las leyes y pedía las penas co convencimiento, con dureza, en una época (la del final del franquismo) en la que había algunas complicidades incluso en ese tribunal (para dulcificar la aplicación de la legislación franquista)", indicó.

Almeida recordó que por el TOP pasaron obreros, profesionales o estudiantes, y coincidió con el criterio del ex líder de CCOO Marcelino Camacho, uno de los últimos represaliados por el tribunal franquista, en que una cosa es no depurar a nadie y otra elevar a cargos de alta responsabilidad a "persona con un pasado tan militante, porque eso identifica la imagen del Gobierno".

Añadió que se da también la circunstancia de que ha estado involucrado en uno de los escasísimos casos en que un juez ha sido separado de la magistratura, por poner en libertad al mafioso Bardellino, con el informe favorable de Poyatos, que actuaba como fiscal.