En una entrevista que hoy publica el diario "La Vanguardia" de Barcelona, Atuxta afirma que tras esas amenazas, está tranquilo, "porque tengo la onciencia limpia y juego con las cartas boca arriba".

Explica, asismismo, que asumió su cargo convencido de prestar un servicio a la sociedad y "lo contrario sería traicionar a una sociedad que está por el progreso, la pacificación y la prosperidad".

Se muestra convencido de que la banda terrorista ETA "no estará por la labor de atentar contra mí. Atentan verbalmente, pero no lo harán físicamente", aunque reconoce que "la verborrea propicia más el riesgo y se estimula la acción de esos descerebraos que se creen que llegarán a generales", en alusión a los "aprendices de terroristas".

Advierte que en el tiempo en que permanezca en su puesto "me enfrentaré a esa lacra social del País Vasco y del Estado" ya que, según reconoce, "no hay otro remedio que tirar hacia delante".

En su opinión, las personas del entorno de ETA que ahora protagonizan la "guerra de los lazos" pidiendo al industrial Julio Iglesias que pague el rescate por su secuestro, "son chavales sin oficio ni beneficio, sin ideoloía, mezclados con delincuentes y drogadictos" a quienes los "estrategas de Kas" les envuelven en "ese mundo tan problemático".

Señala que la banda terrorista ETA vive momentos de " desmoralización enorme" y una disgregación de sus mandos "con los elementos ejecutivos al otro lado de la frontera y con los estrategas de este lado, con la documentación en regla, pero actuando ilegalmente".

Indica, además, que la banda terrorista carece de infraestructura y que sólo tiene "capacidad de sufrir, porquelo fácil es matar y poner explosivos en la costa" para lo que "no se necesita cualificación, de ahí que cada vez resulte más mortífero para ellos mismos".

Para Atuxta, la acción policial "no es suficiente pero es imprescindible" para acabar con ETA, aunque es necesario "otro tipo de acción que venga de mano del pacto de Ajuria Enea y es imprescindible la reacción de la sociedad y la colaboración con la policía".

Considera que el avance más importante en la lucha contra ETA ha sido, además de la pofesionalización de la Ertzaintza y la colaboracion con la policía francesa, el destierro del miedo y la exteriorización de la condena a la violencia.

"SON LOS MISMOS"

El consejero de Interior vasco insiste en denunciar que HB y ETA "son los mismos" y describe a la coalición abertzale como "un popurrí de gente a la que le gusta tirar piedras y cohetes y ponerse capucha" y que "es movido por los organizados, pero el resto es un compincheo de todos los pelajes".

Sin embargo, cree que puede ser buno que HB siga existiendo "para que esa gente tenga un lugar donde recolocarse con posterioridad al cese de la violencia" porque "son gente que no se ubicaría en un centro moderado como el Partido Nacionalista Vasco" sino que podrían ser acogidos en una fuerza o en un partido de izquierda no violentos. "Se puede hablar de lo que se quiera, pero sin pistolas", añade.

En su opinión, la juventud vasca actual avanza hacia la paz y su primer voto va directamente a la moderación. "La calle ya no es de Jarra, sino de jóvenes pacíficos que quieren vivir en un Euskadi en paz y progreso", afirma.

Finalmente, asegura que "no siente fobia contra nadie" y se declara defensor de la reinserción "a capa y espada", ya que "no estoy en contra de los delincuentes, sino a favor de los derechos de los ciudadanos y debo detener al que los entorpezca. Pero a partir de que entren en prisión, hay que reconducirles", concluye.