En primer lugar, Tusell quiso huir de quienes ya están hablando de una tercera guerra mundial, una manifestación que "no se sostiene, aunque la magnitud en cuanto al número de muertos sea mayor. La idea de que hay una uerra mundial o puede haber una guerra mundial no se sostiene. Es una manifiesta exageración", recalcó.

También mostró su rechazo a las comparaciones que se están sugiriendo con el ataque japonés a Pearl Harbour, y señaló que ambos ataques sólo se parecen en el elemento de sorpresa.

"Aquello fue un enfrentamiento militar por el que se consiguió una superioridad temporal. Aquí no han pretendido conseguir una superioridad temporal. Estos dan por supuesto que esa superioridad no existirá y lo que esán haciendo es atacar. Da la impresión de que lo que quieren es establecer una especie de temor impreciso y generalizado. La situación es muy diferente", precisó Tusell.

En su opinión, este ataque terrorista ha vuelto a poner de manifiesto que cosas que creíamos superadas no lo están. Según dijo, tras la caída del comunismo se pensaba que la nación había desaparecido, "y hemos tenido una vuelta de la nación". También pensábamos que la religión no era relevante desde el punto de vista político, "y hemo tenido la vuelta de los fundamentalismos".

En definitiva, añadió, lo que ahora acabamos de descubrir es que los que en realidad tienen pocos medios y que pueden hacernos poco en una batalla frontal, nos pueden hacer mucho en una acción terrorista. "Hemos descubierto la potencia de los impotentes, la potencia de los débiles. Ese es un dato histórico que me parece relevante", apuntó.

Javier Tusell avanzó una serie de consideraciones que Estados Unidos y el mundo en general tiene la obligación de rpensar, como la necesidad de un escudo antimisiles, "que no hubiera servido en absoluto para un ataque como éste. Parece lógico, en cambio, tratar de solucionar los problemas derivados de situaciones como ésta".

En este punto, aseguró que la administración Bush ha tenido unas prioridades que seguramente encerraban errores. "El escudo antimisiles no es la prioridad de las prioridades", reiteró. Tampoco ha sido una buena política mantender un actitud "casi apática" ante el conflicto entre palestinos e iraelíes.

"A la Humanidad no le resulta mínimamente rentable el mantener conflictos podridos desde etapas inmemoriables. La Humanidad después de la Segunda Guerra Mundial ha solucionado muchos conflictos, pero no el conflicto palestino-israelí y, sin duda, este atentado terrorista está relacionado de alguna manera con este hecho. Es un lujo (mantener este conflicto) que no nos podemos permitir ni Europa ni Estados Unidos. Con este conflicto hay que concluir", aseveró.

Por último, aplaudió que finamente no se produjera una venganza inmediata de los Estados Unidos, si bien recalcó que la venganza se producirá y que será insuficiente. Lo fundamental, insistió, es solucionar el conflicto entre palestinos e israelíes. "Ahora es necesario un revulsivo y no sólo pensar en el castigo y en la venganza. Habría que hacer el esfuerzo de intentar solucionar el conflicto".