Según las mismas fuentes, esta línea de investigación, que oficialmente se mantiene en paralelo a la comprobación de otras hipótesis, se ha iniciado después de descartar la posibilidad de que el atentado pudiese responder a una acción terrorista. El móvil de la venganza personal es el que está cobrando mayor fuerza.

Siempre según estas fuentes, los agentes desplazados por el Ministerio de Interior hasta Calatyud no sólo tienen instrucciones de tomar declaración a posibles testigos oculares del momento en el que fue depositado el paquete bomba a las puertas del taller siniestrado, sino que, además, ya han solicitado documentación comercial al socio del titular del establecimiento, que todavía se halla en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Miguel Servet de Zaragoza.

Es en esta documentación donde los investigadores tratan de dar con la clave del atentado, después de que los diferentes análisis sore la composición del artefacto y el método seguido por los autores del atentado haya hecho pensar que ni ETA ni GRAPO sean los responsables del acto vandálico.