Para López Garrido, "ETA, en vez de trabajar por ofrecer soluciones a los problemas de los jóvenes -que son muchos- pone bombas y demuestra así su catadura y el sentido degradado de sus acciones".

Nueva Izquierda "cree que los terroristas, frente a voces que aparecen caa vez más claras -incluso en el entorno del mundo abertzale- pidiéndoles que dejen de matar e inicien una tregua indefinida, están sistemáticamente empeñados en destruir cualquier tipo de propuesta constructiva y cerrar todo el camino a un final de la violencia presidido por el diálogo".