No obstante, a pesar de tratarse de un explosivo que habitualmente emplea en sus acciones terroristas la banda ETA, apuntó como "probable" que no sea ésta la autora del atentado, según se desprende de las primeras investigaciones policiales realizadas.

El artefato explosivo, conformado en un libro-bomba, tenía como fuente de energía un paquete de tres pilas modelo V-280 de la marca Varta, fabricado en Singapur.

Con una capacidad de 3,6 voltios, este tipo de baterías es la que se utiliza normalmente en los teléfonos inalámbricos. El circuito eléctrico estaba sumido en resina de poliester.

El responsable policial informó que el título del libro era 'El Escorpión de la Corte' y señaló que estaba agujereado y en su interior había aproximadamente unos 100 grmos de 'goma-dos'.

El responsable policial enseñó en la rueda de prensa los restos del libro-bomba, entre los que se encontraban las tres pilas.

Juan Cotino señaló que del resultado de las primeras pruebas policiales practicadas sobre los restos del artefacto se deduce que nunca ha sido utilizado por la banda terrorista ETA el sistema del libro-bomba. "Por ello decimos que, sin descartar ninguna hipótesis, es probable que no haya sido ETA", indicó.

RESPONSABILIDAD POLICIAL

El director geneal de la Policía afirmó que se pedirán las responsabilidades oportunas a aquellos funcionarios que hayan podido cometer una imprudencia, así como a sus mandos correspondientes, por no haber detectado el contenido del libro-bomba.

En este sentido, afirmó que en diversas pruebas realizadas con posterioridad al suceso, sometiendo al control del scanner instalado en el acceso de la Audiencia Nacional unas pilas similares a las que contenía el paquete, éstas fueron inmediatamente detectadas, pues el sistem de radiación (rayos X) permite la observación de cualquier elemento metálico sospechoso.

No obstante, a pesar del resultado de dichas pruebas y de la confirmación, por tanto, del buen funcionamiento del scanner, no quiso pronunciarse abiertamente sobre la posibilidad de que el funcionario o funcionarios policiales responsables de supervisar el contenido del correo que llega al edificio judicial hubieran actuado negligentemente.

Respecto a si a partir de ahora se tomarán nuevas medidas de seguridd en la Audiencia Nacional, señaló que no, porque los sistema actuales han demostrado su buen funcionamiento. En este sentido indicó que, "si se cumplen, como deben de cumplirse por parte de todos los funcionarios, las medidas de seguridad previstas, si todos los paquetes postales son pasados por el scanner y bien revisados, entendemos que no debe de haber peligro posterior".

Tampoco descartó que el libro-bomba pudiera haber sido introducido en el interior de la Audiencia Nacional a través de una persna, quizás el propio autor del atentado.

Por último, reconoció que es un tema a estudiar el cambio de ubicación de las principales instituciones judiciales, como la propia Audiencia Nacional o el Tribunal Supremo.