En un carta remitida por los responsables de la Conferencia al obispo de Vitoria, se asegura que el asesinato esta mañana del funcinario de prisiones Máximo Casado es un "horrendo crimen, que clama al cielo como la sangre derramada del justo Abel".

Asimismo, los responsables de la Iglesia española destacan que "es necesario que confiemos en la fuerza de la oración para que Dios cambie los corazones de piedra de los asesinos en corazón de carne, para que guarden la ley de Dios".

La Conferencia añade que el asesinato de hoy supone que "una vez más, una vida inocente es arrebatada por un designio criminal que no ha tenido en cunta el fundamental derecho de todos a la vida y que ha llenado de dolor a su familia y a toda la sociedad".

Al mismo tiempo, el Arzobispado de Madrid también difundió un comunicado en el que pide a la sociedad que no caiga en "la tentación de la desesperanza ante tantas acciones terroristas", y confíe en la "conversión de los corazones y en la desaparición de la violencia criminal".