Los terroristas emplearon ocho lanzaderas para disparar las granadas, por lo que la Gardia Civil cree que cinco de ellas fueron lanzadas, pero no estallaron. Agentes de la Benemérita, con perros adiestrados, los buscaban esta noche.

Dos de las granadas que explosionaron cayeron en el campo de fútbol de las instalaciones deportivas que tiene el recinto del cuartel de Intxaurrondo, y que se encuentra ligeramente retirado de las viviendas, contra las cuales no impactó ninguno de los proyectiles. La tercera granada hizo explosión en unas huertas limítrofes con el cuartel, pero fuera de surecinto.

Las granadas podrían haber causado serios daños personales de haber alcanzado los edificios de viviendas, ya que a la hora en que se produjo el atentado los agentes y sus familias se encuentran en ellas.

Las granadas fueron lanzadas desde un campo de fútbol situado en el barrio donostiarra de Alsa, que está situado a menos de doscientos metros del cuartel de Intxaurrondo, separado de él solo por una autopista.