En declaraciones a la Ser, González propuso que, para combatir esa delincuencia organizada, el "lehendakari" coordine los esfuerzos de información de la policía autonómica con la policía nacional y la Guardia Civil en territorio vasco.

"Un concejal, sea del partido que sea, es una responsabilidad del Gobierno vasco, junto al Gobierno central de Madrid, en cuestión de seguridad y en términos de protección de su vida y de sus derechos", afirmó. A su juicio, ese es el primer paso que debe dar el Gobierno vasco cuando se formalice. Si no se es capaz de conseguirlo y no se produce una unión de todos los demócratas, advirtió que habrá quienes entiendan que sólo es solucionable con "cooperación internacional". Sin embargo, González se ha declarado contrario a esa posibilidad.

El ex presidente prefiere que las fuerzas democráticas lleguen a un acuerdo para enfrentarse a ETA. "El día que ese acuerdo se consolide, ETA recibirá de nuevo un terribe disgusto. Tendrá mucha menos esperanza de sacar nada de esa violencia criminal y ciega. Cuando ETA pierda absolutamente la esperanza, nosotros recuperaremos la nuestra. Hace años que lo vengo diciendo", insistió.

González descartó de exista una relación directa entre la pérdida de votos de EH en los comicios vascos y los últimos atentados de la banda armada. Según él, "ETA no tiene nada que ver ni con las urnas ni con la democracia ni siquiera con las derrotas militares. ETA va a seguir matando en e País Vasco y fuera del País Vasco. ETA es una banda de asesinos, por lo que la prioridad 'número uno' del gobierno vasco y del gobierno español debe ser acabar con esa banda de asesinos".

GOBIERNO DE UNIDAD

El ex presidente del Gobierno considera que el "lehendakari" en funciones debería "cambiar el discurso tradicional para sentirse representante de todos los vascos y para sentirse legitimado para combatir la violencia callejera y la criminalidad de ETA".

No obstante, se mostró esperanzado po las manifestaciones que Ibarretxe llevó a cabo nada más ganar las elecciones autonómicas. De hecho, González hizo un llamamiento a "creer en la seriedad de Ibarretxe y de su compromiso", aunque precisó que le gustaría que cambiase de estilo porque "a los violentos no se les puede tratar como muchachitos descarriados. Son asesinos profesionales. Y un gobernante tiene que saber enfrentarse a los asesinos profesionales".

El ex presidente del Gobierno recordó sus "durísimas" críticas al PNV en anterioresocasiones y advirtió de que seguirá haciéndolo. Sin embargo, puntualizó que nunca ha caído en la tentación de "satanizarlo" o "criminalizarlo".

"Crear esa imagen, no es gratis. Eso se paga después durante mucho tiempo en términos de ruptura de convivencia democrática en España entre territorios con identidades plurales y diversas", apostilló.

Además, sugirió que el Gobierno del PP hace una política dura contra el nacionalismo periférico porque supone una "rentabilidad electoral". El problema es qe, a su juicio, "la política de estado debe mirar por encima de la rentabilidad electoral inmediata".

Según su propia experiencia, "nunca ha conducido a un buen resultado". "La convivencia en paz y en libertad entre los ciudadanos de su país es más importante a medio y a largo plazo que la inmediata rentabilidad electoral", apostilló.

SESION DE INVESTIDURA

Felipe González sugirió que la primera muestra de unidad democrática entre todos los partidos debe producirse en la sesión de investidura de nuevo Gobierno vasco, en la que "hay que prescindir de EH y de los amigos de los violentos, hay que hacer todo lo posible para que estos señores no jueguen con el Parlamento vasco". "Hay que excluir a EH del juego democrático", sentenció.

Para ello, González recomendó a sus compañeros del PSE-EE que "no tienen por qué formar parte del Gobiern vasco. Ha habido un recorrido de ruptura con el PNV antes de que rompiera el PP. Ahora, no van a decir que están de acuerdo con el PNV porque no sería creíble. ienen que hacer una política autónoma y seria".

Además, dijo que la desconfianza entre los interlocutores políticos ha sido demasiado larga -desde diciembre de 1999-, por lo que "el recorrido hacia la confianza no va a ser corto". Por eso, invitó a crear elementos de confianza, el primero de los cuales debe ser la recuperación de la unidad democrática ante la amenaza terrorista.