Pujol insistió en la colaboración ciudadana para poder detener a los autores del lanzamiento de las dos granadas contra el Gobierno Militar de Barcelona y mostró su "rechazo e indignación" por el hecho. Según dijo, si los terroristas "se ven vigilados y on objeto de una desconfianza general, entonces se van".

En su opinión, el atentado de hoy no tiene una intencionalidad política especial a pesar de haberse producido el día anterior al debate del estado de la Nación. Pujol señaló que "muchas veces hacen el atentado cuando pueden, cuando lo tienen a punto".

Maragall, por su parte, manifestó que "el atentado es obra de una banda de criminales, a la que no resta ninguna fuerza moral" y a la que calificó de "banda enloquecida que no tiene ningún apoo". A su juicio, se trata de "los restos de un periodo que va desapareciendo, pero que se resiste a hacerlo".

El alcalde de Barcelona se trasladó a la zona en la que se ha producido el siniestro y posteriormente al Hospital del Mar para interesarse por el estado de los heridos.

CONDENAS DE ERC Y UDC

La consejera de Gobernación de la Generalitat, Maria Eugènia Cuenca, indicó que "había una alerta permanente" desde hacía dos meses en Barcelona ante la posibilidad de que ETA cometiera otro atentad.

Por su parte, los portavoces de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Joan Ridao, y de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), Eugeni Pérez-Moreno, condenaron esta tarde el atentado contra el Gobierno Militar de Barcelona.

Según fuentes del Gobierno Civil de Barcelona, el balance del atentado es de una persona muerta, Vicente Beti Montesinos, de 35 años, y 8 heridas. Todos ellos sufrieron heridas cuando la segunda granada lanzada desde un automóvil 'Seat Ibiza' impactó contra una valla informatva y explosionó en pleno paseo de Colón.

El coche utilizado por los terroristas, con matrícula falsa B-9601-KT, tenía en su capó dos tubos lanzagranadas. La primera de las granadas impactó contra la fachada del Gobierno Militar.

La explosión del vehículo con el que fueron lanzadas las granadas afectó a otros 12 automóviles que se encontraban estacionados en el aparcamiento reservado a los empleados de las oficinas del puerto de Barcelona.