El suceso no responde, en consecuencia, a las características de un atentado terrorista, si bien parece tratarse de un gamberrada de intencionalidad política, para intimidar al concejal popular.

Aunque la primera impresión parecía indicar que se trataba de un atentado frustrado, expertos en la lucha antiterrorista consultados por Servimedia expresaron su extrañeza por los escasos daños causados en el vehículo. Sólo la parte frontal de la furgoneta afectada registró algunos daños, y resultó ileso por completo su conductor, uno de los hijos del concejal.

No obstante, la Ertzaintza mandó al lugar del suceso a su eqipo de desactivación de explosivos, por si la debilidad de la explosión se hubiese debido a un fallo el mecanismo del artefacto empleado.

El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, se interesó personalmente por el suceso, cuando aún se desconocían los detalles, llamando por teléfono al concejal popular contra quien iba dirigida la acción.