"Fundamentalmente", explicó el experto, "porque el coche es casi el único reducto en el que el hombre de hoy en día se aisla y puede encontrarse consigo mismo".

"El coche", señaló el profesor Blasco, "es el último reducto de intimidad de buena parte de la población y un instrumento que, apart de generar estrés, puede tener ciertos efectos terapéuticos en determinados casos".

Para este estudioso de la Psicología del Tráfico, "los españoles no nos diferenciamos en nada con respecto a los extranjeros en la manera de conducir, somos normales. Aquí, como en todos los países, existe una minoria de conductores con actitudes de riesgo, pero son, repito, una minoría".

El profesor Blasco destacó que los anuncios publicitarios hacen ahora especial hincapié en la seguridad de los automóviles, inluso con mayor énfasis que en su velocidad.