El conflicto comenzó el pasado jueves, cuando el vicepresidente cubano, José Ramón Fernández, llamó a Presidencia del Gobierno canario para anunciar una visita privada del lider cubano de dos días aprovechando una escala técnica que se debía hacer en las islas. Dicha petición fue aceptada por el presidente canario, Manuel Hermoso, quien trasladó no obstante la intención de Castro al Gobierno central.

E Ministerio de Asuntos Exteriores respondió que no consideraba oportuna la visita del presidente cubano debido a las "circustancias actuales" y se limitó a autorizar una escala técnica de dos horas son la condición de que Castro no saliese del aeropuerto Reina Sofía.

La respuesta no convenció al gobierno canario quien inició un forcejeo en las altas instacias del Gobierno central, interviniendo en las conversaciones el director general del Gabinete del Presidente, Pedro Rodríguez Zaragoza, quien convesó con Hermoso para analizar la situación.

La polémica hizo que el director general de la Cancillería del Ministerio de Asuntos se trasladara a Canarias y tras un forcejeo dialéctico se acordó reducir la visita de Castro a Canarias de dos noches a sólo una, ya que el mandatario quería recorrer las dos capitales canarias, como expresó hace unos meses al vicepresidente canario, Lorenzo Olarte.

Un editorial que publica hoy el periódico La Provincia, en el que se hace eco del forcejeo, aboga por consguir mayores cuotas de participación de Canarias en la política exterior española, para evitar que se produzcan incidentes de este tipo.

Castro abandonará el Archipiélago antes de lo que había previsto. Durante la mañana de hoy se dedicó a visitar centros turísticos de Tenerife así como las Cañadas del Teide, dentro del Parque Nacional.