Asunción, que asistió a la toma de posesón del nuevo gobernador civil de Vizcaya, Daniel Arranz, aseguró que aún desconocía los detalles del suceso, porque "todavía no tengo la investigación concluida". Asimismo, destacó que las fuerzas de seguridad del Estado no preveían que se fuera a producir un atentado, porque "si no hubiéramos tomado medidas".

El ministro señaló que los atentados de la banda armada "se pueden producir en cualquier momento" y que son "indiscriminados". "Pueden atentar contra cualquiera; por lo tanto, no nos debe sorpreder, especialmente aquí, en Euskadi, que desgraciadamente sufre la violencia desde hace tanto tiempo", afirmó.

NADA QUE NEGOCIAR

En cuanto a la posibilidad de una negociación entre el Gobierno y la banda ETA, Asunción aseguró que "el Gobierno no tiene nada que negociar con bandas terroristas. Por lo tanto, quien incumple lo que es la norma de conducta y vulnera lo que está tipificado como delito en el Código Penal, tiene después unas responsabilidades que afrontar. Y no hay nada más que decir".

El ministro también se refirió a la reinserción de los presos de ETA y se mostró respetuoso con las decisiones de la justicia, que en último caso serán decisiones de Gobierno.

Asunción, junto al delegado de Gobierno en el País Vasco, José Antonio Aguiriano, estuvo presente en el acto de toma de posesión del nuevo gobernador civil de Vizcaya, Daniel Arranz Cuesta, que sustituye a Daniel Vega, quien abandonó el cargo a petición propia tras cinco años y medio en él.

Arranz, socialista de 43 años y hsta ahora director general de Infraestructuras del Departamento de Transportes de la Diputación Foral de Vizcaya, tuvo palabras de reconocimiento para las fuerzas de seguridad del Estado por la labor realizada en la lucha contra el terrorismo.

El gobernador civil afirmó que la legitimación social, que era el principal objetivo de los terroristas, se ha perdido porque la sociedad "no justifica, en este momento, ninguna de las premisas políticas que quisieron lanzar como banderín de enganche".

Segú Arranz, la actividad terrorista es un problema de las fuerzas de seguridad, mientras que "las aspiraciones políticas deben ser tratadas entre los representantes parlamentarios de la sociedad, por ser, entre otros cometidos, su obligación".