Según Serafina Alvarez, jefa del área de Intervención de este organismo, la cifra de incendios de este año es "inusual". Si bien en los primeros meses del año es habitual que aumente el número de incendios en la región, porque es "una época con escasas lluvias y con el bosque en una situación muy propicia para arder, lo cierto es ue esta situación se viene alargando mucho más de lo que es habitual otros años", señaló Alvarez.

En comparación con los peores años de que se tiene constancia, el primer trimestre de 1997 es el más catastrófico desde el punto de vista de los incendios forestales, a lo que hay que añadir la pérdida de dos vidas humanas por el fuego. Así, en sus tres primeros meses, 1995 registró 925 incendios forestales; 1989, 844 incendios, y 1992, 752 fuegos.

Además, en 1997 las llamas han entrado en parajes prtegidos por su valor ecológico que hasta entonces habían permanecido a salvo, como una pequeña zona de Covadonga, en el Parque Nacional de Picos de Europa, y varias hectáreas de la reserva de Muniellos, hábitat de osos pardos y urogallos, ambas especies protegidas.

Asimismo, durante este primer trimestre el fuego llegó al Parque Natural de Somiedo, también refugio del oso pardo, y al monte Naranco de Oviedo, entre otros muchos lugares.

Los responsables del CEISPA consideran que el motivo de tanto incendios forestales es el anticiclón meteorológico, mientras que Greenpeace denunció intereses económicos variados en torno a los siniestros forestales. Actualmente continúa la prohibición de realizar quemas en el monte asturiano.