De las 79 sentencias que tramitó en 1991, sólo una resultó condenatoria; en 1992 fueron 35 las querellas, de las que 24 condenaron a penas de prisión a los padres; en 1993, las cifras ascendieron a 43,con 28 condenatorias. En la actualidad, tienen pendientes 39.

Sin embargo, y según explicó Ana María Perez del Campo, presidenta de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas, "una sóla sentencia no es suficiente para encarcelar a los ex maridos que no pagan las pensiones, porque las penas de prisión que se imponen son de una duración menor a un año, por lo que no se cumplen".

"Es necesario", añadió, "que tengan antecedentes penales para que cumplan la pena en prisión. Por ello, es habitualque los que acaban ingresando en prisión hayan sido juzgados antes o después por malos tratos u otros delitos de lesión".

En otras ocasiones, explicó, "el ingreso en prisión se produce tras querellarse la ex esposa por segunda vez y comprobar que no se han pagado las pensiones estipuladas. Este procedimiento puede dilatarse en el tiempo y se dan casos de mujeres que llevan más de doce años, con una sentencia firme, sin cobrar un duro de sus ex maridos".