Tras recordar las críticas que recibió entonces a la asociación por hacer una propuesta, solicitada ahora por distintas voces de la sociedad, Blanca Estrella Ruiz argumentó que un banco de datos de ADN evitaría "muchos casos" de violación.

En este sentido, explicó el caso de Pedro Luis Gallego, conocido como "el violador del ascensor" y que cumple condena por los asesinatos, en 1992, de Leticia Lebrado, de 17 años, y de Marta Obregón, de 22, así como por varias agresiones sexuales. Entre ambos asesinatos, explicó la presidenta de esta asociación, este hombre violó a 52 jóvenes.

"De haber tenido el registro nacional de ADN", tras la primera denuncia por violación, "le hubieran cazado" a la segunda, porque era un preso que estaba en libertad y tanto la policía como los jueces tenían su ficha. "Se hubieran evitado 51 violaciones", añadió.

A su juicio, cuando se trata de un reincidente, lo que hay que hacer es, con los indicios en la mano, decretar su prisión provisional hasta la celebración del juicio, "no dejarle en la calle cuatro y cinco años a la espera" de que se celebre la vista oral.

Asimismo, se mostró a favor de endurecer las penas para los delitos contra la infancia, ya sea abuso, agresión o corrupción de menores, y también apoyó que se adopten medidas para controlar a los pederastas y violadores una vez que salen de prisión, de modo que estén siempre localizados.

En su opinión, las personas condenadas por violación y por abuso de menores también deberían ser obligadas a hacer "cursillos de formación en valores de no agresión", sin que suponga una "abaratamiento" de la pena. Al mismo tiempo, rechazó los tratamientos psicológicos para estos delincuentes, dado que, según las sentencias, "estaban cuerdas" cuando cometieron esos delitos.

Con lo que no se mostró de acuerdo la presidenta de la Asociación Clara Campoamor, Blanca Estrella Ruiz, fue con la castración, por considerarla ineficaz, y con la cadena perpetua, porque supone un paso atrás en un Estado democrático como el español.