Además, este documento alerta del mayor riesgo de los niños ante las medusas, ya que los efectos tóxicos son mayores cuanto mayor sea la superficie corporal que recibe el impacto, en relación al volumen del cuerpo.

Quienes han sufrido una picadura de medusa quedan "sensibilizados", lo que provoca que un segundo incidente pueda generar reacciones "más virulentas y continuadas".

Aunque lo mejor es mantenerse fuera del agua ante su presencia, la guía aconseja a quienes se vean sorprendidos por algún ejemplar que "naden pausadamente" para alejarse, ya que nadar enérgicamente "hace que uno mismo las acerque más".

Usar cremas solares, bañadores que cubran el máximo de superficie corporal o ropa para adentrarse en el agua son otros de sus consejos.