El estudio, realizado por la organización Liverpool Victoria, sostiene que los cuidadores británicos dedican como media diez horas semanales a visitar y hacer recados para sus mayores. Si las autoridades locales tuvieran que crear servicios para cubrir estas necesidades, el coste por persona podría rondar los 6.000 euros anuales.

Los autores añaden que la asistencia que precisan los mayores en los años finales de su vida puede costar unos 179.000 euros. En este cálculo se ha incluido el coste medio de una residencia durante 30 meses, que ascendería a 105.700 euros.

La investigación incluye una encuesta realizada entre 3.000 adultos británicos, de los que el 17% afirmó tener que dar mayor prioridad al cuidado de sus padres que al de sus hijos. Un 50% de los participantes con padres dependientes, indicó que habían tenido que retrasar algunos de sus proyectos para cuidar de ellos.

La encuesta también ha revelado que el 75% de los encuestados subestimaban el coste de la asistencia en residencias. Según los expertos de Liverpool Victoria, las personas que pagan sus propios cuidados sin ayuda del estado dedican a este fin 4.465 millones de euros al año actualmente, pero esta cifra podría elevarse a 11.016 millones de euros anuales en los próximos 20 años.

A la luz de estos resultados, Imelda Redmond, presidenta de la organización Carers UK (Cuidadores del Reino Unido) ha subrayado que el número de personas que cuidan de un familiar mayor podría aumentar en un 50% de aquí a 2034, a medida que aumente la población de más de 85 años.