Los asilos que han adoptado el uso de brazaletes para sus residentes se defienden argumentando que el trato es mucho más humano, ya que no es necesario "atar a la cama" a algunos ancianos con problemas.

Sin embargo, para otros, los brazaletes electrónicos podrían atentar contra los derechos constitucionales de las personas en materia de libertad de circulación, sbre todo si se extiende la práctica a todos los residentes, mientras que en caso de enfermedad mental es el juez de paz quien decide las medidas a tomar.