El director de Promoción Cultural, Atención al Mayor, Juventud, Ocio y Deporte de la ONCE, Ángel Luis Gómez Blázquez; la consejera general de la ONCE, Ana Díaz Alonso; la coordinadora del Museo Tiflológico, María José Sánchez Lorenzo, junto a Marisa Alberca y la técnica del Museo Tiflológico Teresa Díaz inauguraron la exposición ayer.

Madrileña, nacida el 30 de diciembre de 1958, Marisa Alberca se inició en el dibujo desde muy niña. A los 16 años tuvo que elegir entre estudiar Bellas Artes o ayudar a los seres humanos en la enfermedad, decantándose por estudiar Enfermería. “Nunca me aparté de mi lápiz, sanguina, rotulador o bolígrafo y en autobuses, descansos entre clase y clase, conversaciones telefónicas, salas de espera etc. sacaba mi cuadernillo”, relata.

Desde lo siete años comenzó a tener problemas visuales: iría perdiendo agudeza visual hasta ir viendo luces y sombras, aunque sin llegar a la ceguera total. Esto no le impide tomar clases de pintura al óleo en la academia Villalar, acudir a dibujo de modelo en el círculo de Bellas Artes. La pintura acrílica llega a mediados de los 90, y con ella las técnicas de agua, como las acuarelas y el gouache.

A principios de los 90 dejó su trabajo de enfermera debido a su deterioro visual, afiliándose a la ONCE en 1996. El apoyo logrado en la Organización con las técnicas de rehabilitación visual le permiten continuar pintando. La pintura se convierte en su mejor terapia, tanto física como mental.

Marisa Alberca utiliza los colores a su manera, de forma un tanto personal y difícil de entender por las personas que ven. Poco a poco se introduce de un modo intuitivo en la selección de color, siendo su fuerte la pintura rápida.

En 2014 se presentó al XVI Certamen de Pintura Rápida de Moratalaz y obtuvo el segundo puesto en la categoría de Adultos. De 2011 a 2016, formó parte del grupo de artistas ‘Arte en la calle’, con exposiciones en plazas y en centros culturales de Madrid.

MUSEO TIFOLÓGICO DE LA ONCE

El Museo Tiflológico es un espacio accesible a todos los públicos, donde se emplean, como canales de entrada de la información, el tacto y el oído, junto al tradicional de la vista. En sus salas se muestran cuatro colecciones: la de maquetas de monumentos arquitectónicos, la de obras de artistas con discapacidad visual grave, la de material tiflológico y la de libros en braille y otros sistemas de escritura anteriores a la creación de la ONCE.