Los dos policías se presentaron en torno a las 19,30 de la tarde el lunes en la vivienda del industrial David Fernández Grande identidicándose como agentes del orden y preguntando por su hijo David, de 22 años.

A las ocho de la noche llegó el padre a la casa y los policías maniataron en el salón de la vivienda a toda la familia: David Fernández, de 58 años, su mujer, Pilar Sanromán, de 48, y los tres hijos de ambos: Marta, de 26, David, de 22 y Predro, de 14.

Toda la familia pasó la noche con los dos agentes, que en todo momento les intimidaban con armas de fugo. Por la mañana, a las 10,30 horas llegó la asistenta, Ana Isabel Costas, que también fue maniatada.

Siempre según la versión oficial del Gobierno Civil, ante las amenazas de los agresores de quitarles la vida si no les entregaban cien millones de pesetas, David Fernández realizó una lamada a su banco y gestionó que una persona le llevara la cantidad acordada con los secuestradores, de 20 millones de pesetas.

A las 13 horas de ayer, cuando el asesor financiero le entregó el dinero, el empresari asesinado aprovechó para pedirle que llamase a la policía y Guardia Civil.

A partir de estos momentos se precipitaron los acontecimientos, pero de un modo que da base al gobernador civil, Jorge Parada, para estimar que fue "un crimen a sangre fría" y no fruto de un arrebato. Los policías llevaron al matrimonio a una habitación y los asesinaron con sendos disparos en la cabeza. Luego repitieron la operación en otra habitación con la hija y la asistenta.

Al escuchar los disparos los dos hijos logrron encerrarse en una habitación y pedir socorro gritando, momento en el que los agresores huyeron, usando primero el vehículo de Marta Fernández Sanromán, que abandonaron medio kilómetro más adelante, desde donde escaparon en un segundo vehículo.

Después de la llegada de la Guardia Civil, en torno a las 13,30 horas, las declaraciones de uno de los supervivientes, David, que reconoció a uno de los policías, sirvió para detener a los autores de los hechos.

Fuentes policiales indicaron que David haría sido detenido en alguna ocasión por alguna cuestiones relacionada con drogas, y por ello reconoció a Manuel Lorenzo.

Un portavoz de la Comisaría de Vigo desmintió sin embargo que David Fernández Sanromán hubiera estado detenido o que tuviera antecedentes. Por su parte, el abogado de la familia, Manuel Núñez, declaró a Radio Nacional en Galicia que David habría tenido problemas por "una chiquillada", y no descartó una querella contra la administración si se demuestra que los policías, además de idetificarse como tales, iban vestidos de uniforme, como se barajó en principio.

Los dos policías fueron detenidos poco antes de la medianoche de ayer y esta mañana ingresaron en prisión, después de prestar declaración en el Juzgado número 4 de Vigo, que declaró secreto de sumario.

Fuentes policiales manifestaron que Jesús Vela declaró que Manuel Lorenzo fue el cerebro de la operación y el autor de los disparos que mataron a las cuatro personas.

Ambos agentes tenían un historial conflictivo y etaban sometidos a expedientes informativos y disciplinarios, por trabajar al margen de su actividad o por indisciplinas. Según fuentes policiales, Jesús Vela padecía desequilibrios emocionales que le llevaban a cambiar el color de su pelo semanalmente.

El ayuntamiento de Nigrán celebrará hoy un pleno para declarar el día de mañana, cuando serán enterradas las víctimas, como día de luto local. Por su parte, el jefe de prensa de la Comisaría de Vigo reconoció hoy que los hechos son "una mancha que tardaemos años en lavar".