Según informó hoy el diario El Correo, el agente recibió varios tiros en el pasillo y luego le extrajeron los proyectiles del cuerpo, al parecer para eliminar pruebas.

Algunos de sus compañeros del turno de mañana notaron su ausencia y, al acudir a buscarlo a su piso, en l interior del acuartelamiento, descubrieron el cadáver de L.R.L.G.

El hallazgo se produjo alrededor de las nueve y media de la mañana, aunque el asesinato sucedió probablemente horas antes, durante la madrugada.

Sin embargo, ninguno de los residentes en la casa cuartel, familiares de los miembros de la comandancia, asegura haber escuchado disparos o ruidos extraños aquella noche.

El cadáver del joven, un cabo del puesto de Bilbao de unos 30 años, se encontraba en el pasillo de la vivienda, obre un enorme charco de sangre.

El autor o autores del supuesto homicidio le mataron de varios disparos, posiblemente dos, según informaron las mismas fuentes. La víctima tenía, además, otros claros signos de violencia y los proyectiles, de un calibre pequeño, habían sido extraídos del cuerpo, al parecer para eliminar pruebas.

Las mismas fuentes señalaron que los asesinos echaron mano de todas las toallas que encontraron en la vivienda para arrojarlas en el suelo de madera, empaparlas de sangreevitar así posibles filtraciones al piso de abajo.

El guardia civil asesinado, calificado por sus colegas como un «chaval serio y formal», estaba casado, aunque su mujer faltaba estos días de Bilbao, ya que había tenido que trasladarse por un tiempo hasta una comunidad próxima.

La pareja era además conocida del otro agente -retirado del servicio-, que apareció muerto en su casa de Mungia el pasado mes de septiembre, y de su antigua esposa, una teniente médico del instituto armado. Incluso habíanllegado a cuidar a sus hijos.

Quien o quienes acabaron con la vida de L.R.G.L., natural de la localidad asturiana de Boal, emplearon un modus operandi similar al de este último crimen. Curiosamente, del cuerpo de L.R.G.L. también se habría extraído el proyectil, según apuntaron en medios judiciales, aunque la conexión entre ambos casos no está tan clara y hasta el momento no ha podido ser demostrada.

El primer homicidio está siendo investigado por la Ertzaintza, mientras que el segundo, al tratare de un funcionario en ejercicio, ha quedado en manos de la Guardia Civil, bajo la instrucción del Juzgado número 6 de Bilbao.

Todas las hipótesis están abiertas, aunque los investigadores sospechan que detrás de este último homicidio podría haber un asunto de drogas. Este extremo no ha podido confirmarse en fuentes oficiales. La Subdelegación del Gobierno en Vizcaya optó ayer por mantener un total hermetismo.

La forma en que fue cometido el brutal asesinato podría apuntar a más de un autor, al mnos dos. Fuentes próximas a la investigación señalaron ayer que no se descarta que el o los asesinos procedieran de la propia Guardia Civil.