Para ello, la compañía puso en marcha una competición entre los 350 equipos de técnicos que forman su plantilla francesa, formado cada uno por una media de 10 a 12 profesionales.

Arval, la empresa que alquila a Otis los vehículos de su flota, hizo un seguimiento del consumo de cada equipo, y los miembros de aquellos que lo tuvieron más elevado recibieron formación en conducción eficiente, así como sobre los riesgos del exceso de velocidad, de la conducción agresiva y de la carga del vehículo en la siniestralidad.

Gracias a estas medidas, la empresa sólo registró un incremento del gasto de combustible del 5% en 2008, a pesar de que el precio del carburante aumentó un 9%.

Los responsables de Otis prevén adoptar otras medidas para hacer más ecológica la conducción de sus trabajadores, como prácticas con simuladores de conducción, así como incorporar vehículos que consuman y contaminen menos, reducir la carga inútil y mejorar la planificación de las rutas para evitar kilómetros inútiles.