En la carta remitida por el cardenal y repartida el pasado domingo por el hasta ese día párroco de la localidad, Manuel Torrijos, el arzbispo dice que "agotados todos los medios ordinarios a mí alcance, hemos decidido privaros de párroco por tiempo indefinido".

El arzobispo hace referencia en la misiva "a la paciencia y condescendencia hasta límites que ni siquiera vosotros esperábais", que ha tenido con los cultos que se tributan en esa localidad a la Virgen del Rosario.

Como ya informó Servimedia el pasado mes de junio, el arzobispo advirtió a los vecinos que este año sería el último que les concedía permiso para utilizar la imgen de la Virgen con el fin de recaudar fondos mediante la subasta de prendas de su imagen.

Las "pujas" son una tradición de la localidad toledana, que consisten en recaudar fondos mediante la subasta de los cordones de la carroza que transporta la imagen de la Virgen del Rosario durante las fiestas patronales en el mes de agosto.

Según el arzobispo, "estos actos, como las largas procesiones en las que se realizan continuas pujas para obtener dinero para sufragar las fiestas, incluso profanas, notienen nada de religioso".

El prelado alega en su última carta dirigida a los vecinos que "o se entiende que el culto a Dios y a la Virgen lo han de regular los pastores en el ejercicio de su responsabilidad, o dejamos de estar en la Iglesia Católica para estar en una secta".

En la carta a los vecinos, el arzobispo informa a la población que el arcipreste de Ocaña (provincia de Toledo) será el encargado de celebar una misa los domingos en Huerta de Valdecarábanos, tras la retirada del párroco quehasta ahora se encontraba allí destinado.

Los vecinos de la localidad no salen de su asombro y según el hermano mayor de la Hermandad de la Virgen del Rosario, Alfonso Ruiz, existe un descontento generalizado porque intentan "cambiarnos radicalmente nuestras costumbres".