Fernando Sebastián afirma que "en los últimos veinte años el tráfico por carretera se ha multiplicado. Ha crecido el número de coches y sobre todo de camiones, y sin embargo muchas carreteras siguen como estaban".

"Salir a la carretera es un ejercicio peligroso", afirma el arzobispo, quien asegura en su pastoral quea lo largo de sus muchos años de experiencia como conductor ha tenido varios accidentes y "he asistido a más de cuatro en circunstancias similares".

El máximo responsable de la diócesis de Málaga cree que "desde un punto de vista a la vez moral y político" las autoridades deben mejorar radicalmente la red viaria y el estado de las carreteras, para facilitar así el movimiento de los viajeros.

Fernando Sebastián propone como política a seguir en la mejora de estas infraestructuras la eliminación delos pasos por el interior de los pueblos, un nuevo estudio de los trazados y la disminución de los cambios de rasante, de las curvas y de los cruces peligrosos.

Asimismo, el administrador apostólico de Málaga expone en su pastoral que "las normas de tráfico deben ser más sobrias y razonables", al tiempo que insta a los conductores e instituciones sociales y educativas a "tomar más en serio lo que ocurre en la carretera".

Según el arzobispo, los católicos deben reprimir y reprobar "como una inmoraidad" aquellos comportamientos que ponen en peligro la circulación, ya que "no es razonable exaltar la velocidad ni admitir la transgresión como un mérito".