El arzobispo advirtió en su homilia del riesgo de enfrentamiento entre pueblos y ciudadanos, a causa de las manifestaciones anticatalanistas.

Durante la misa concelebrada en la basílica de la Mercè, a la que asistieron sus majestades junto al resto de autoridades locales y regionales, Carles mencinó las declaraciones que, a su juicio, atentan a la convivencia entre las diversas comunidades.

El arzobispo destacó el respeto que la Corona ha tenido siempre hacia la diversidad y la pluralidad del Estado, aunque señaló la dificultad de construir la convivencia social y la facilidad con que puede destruirse. Según dijo, no se puede permanecer impasible ante actos que tienden a destruirla.

Ricard Maria Carles aseguró en la homilía que "algunas posturas recientes, críticas graves de algunos, que e refieren a Cataluña, incluso aceptando el derecho a la discrepancia y a la crítica, deberían ser más razonadas, y también más mesuradas".

En su opinión, dichas críticas no deberían derivar "hacia un enfrentamiento entre personas y entre pueblos, o hacia la falsedad por el camino de las verdades a medias".

Por su parte, el alcalde de Barcelona empleó el acto de entrega de la Medalla de Oro de la Ciudad a los monarcas, con el fin de hacer una referencia a lo que calificó de "vulneración del cataln" y a las últimas críticas sobre esa lengua.

Maragall expresó su preocupación por el respeto del catalán porque, según dijo, "nosotros sí respetamos el castellano y nos hemos comprometido con nuestra ley en el Parlament a respetar el derecho de todos aquellos que quieren enseñar en castellano, a tenerlo, y vigilaremos para que esto no se infrinja".