Alrededor de un millar de personas acudieron a las honras fúnebres en San Millán de Lara, que se retrasaron a consecuencia de la tardanza en el traslado de los cadáveres desde el Hospital Divino Vallés, donde fueron sometidos a minuciosas autopsias, hasta las antiguas escuelas de la localidad burgalesa, en donde se instaló la capilla ardiente hasta la celebración del entierro.

Los cuerpos de Juliana Juez y sus tres hijos, María del Carmen, Antonio y Rosa, furon depositados en la misma fosa, mientras que los de Antonia de la Torre y Angela Porras, suegra y cuñada respectivamente del asesino, reposan en otra fosa aledaña.

El esposo de Juliana Juez y padre de los tres jóvenes, Amancio Delgado, no pudo sobreponerse al dolor de haber perdido a cuatro miembros de su familia y abandonó el pequeño camposanto antes de la conclusión de la ceremonia.

La ex esposa de Juan Medina, Inocencia Porras, se trasladó desde París, donde reside, al entierro de las víctims, entre las que se encuentra su madre y su hermana, en la localidad burgalesa.

El juez de paz de San Millán, José Miguel Pérez, señaló a Servimedia que el Ayuntamiento no tiene intención de reclamar el cadáver del asesino y aseguró desconocer si la ex esposa de Juan Medina se ha planteado hacerlo.

El alcalde pedáneo de San Millán de Lara, Alfonso Peñacoba, expresó el dolor de la pequeña comunidad de vecinos afirmando que el pueblo "ha quedado roto" y que aún no ha terminado de asumir los hechos,por lo que se espera que la próxima semana se desplacen a San Millán asistentes sociales que intentarán prestar apoyo psicológico a las familias afectadas por el séxtuple asesinato.