Ricard María Carles, que recibió la noticia de su nombramiento como cardena durante la celebración de una misa extraordinaria con motivo del milenario del Monasterio de San Cugat del Vallés (Barcelona), manifestó que estab "muy agradecido" por la decisión del Papa, por la confianza demostrada hacia él.

El arzobispo de Barcelona, que continuará al frente de su diócesis, deberá, a partir de ahora, asistir a menudo a las reuniones que se celebren en Roma como consejero y asesor del Papa.Además, como cardenal, tendrá la posibilidad de participar en la elección de un nuevo Papa, responsabilidad, que, según dijo, preferiría no tener que abordar.

"Yo quisiera no tener nunca ocasión de tomar parte en un cónclave, por loque esto significa. Pero asistir a las consultas a las que no convoque el Papa", aseguró.

Ricard María Carles, que nació en Valencia hace 66 años, destacó que el nombramiento de nuevos cardenales implica una renovación dentro de la Iglesia, ya que la mayoría de ellos eran hasta hace poco italianos. Junto a él, han pasado a ser cardenales los arzobispo se Sarajevo, Praga, otros 6 de países latinoamericanos y el patriarca de Los Marmitas libaneses.

El arzobispo de Barcelona había sido propuesto par cardenal en mayo de 1991, cuando tuvo lugar el último consistorio en el que se nombraron a los 22 últimos cardenales. Fue ordenado sacerdote hace 43 años y fue obispo de Tortosa durante más de 20, época en la que se le comenzó a considerar moderado en la línea marcada por Juan Pablo II. Asimismo, es conocida su proximidad a los planteamientos del Opus Dei.