La polémica sobre la ubicación de este templo comenzó en 1990, cuando los propietarios de los inmuebles cercanos a la iglesia denunciaron que ésta no cumple la distancia reglamentaria con el edificio más cercano, invadiendo su espacio, en contra de la normativa vigente.

La última resolución, emitida por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, dictamina que ciertas partes de esta parroquia deben ser derribadas.

La semana pasada, este Tribunal desestimó el recurso interpuesto por el Arzobispado de Madrid y el Ayuntamiento contra la sentencia de derribo parcial. Sin embargo, el Arzobispado presentó hoy un recurso de súplica.

Los argumentos que esgrime el Arzobispado pasan por que la iglesia se edificó, en su día, con la preceptiva licencia municipal y que es la comunidad de propietarios de los inmuebles cercanos "la que invade terrenos de la parroquia y construye sobre esta parcela muchos metros cuadrados".