La polémica se desató el pasado verano, cuando dos libros donde estaban registrados los nombres de las madres de estos huérfanos fueron sustraídos de la custodia de un sacerdote. Varias decenas de residentes del orflinato recibieron posteriormente en sus domicilios fotocopias de las páginas en las que figuraban sus datos y los de sus madres.

La mayoría de ellos se pusieron entonces en contacto con sus progenitoras y estos encuentros tuvieron en algunos casos un feliz desenlace, aunque se desconoce el resultado de la mayoría de los mismos.

Entre las consecuencias de aquel robo se hallan las diligencias judiciales abiertas en la capital navarra para esclarecerlo y, sobre todo, el creciente interés de numeroso huérfanos en contactar con sus madres.

El Arzobispado de Pamplona se ha visto obligado a intervenir en el asunto después de que el Gobierno navarro le encomendara la custodia de los libros tras su primera desaparición, según publica "Diario de Navarra". Además, el Ejecutivo foral ha microfilmado estos textos para su conservación.

Dado el aluvión de llamadas y visitas recibidas en la sede eclesiástica, algunas de las cuales se han desarrollado en un ambiente de crispación, el arzobispado estima qe la mejor solución es contactar con las madres de los huérfanos e informarles de que sus hijos las buscan, siempre sin desvelar su identidad.

Asimismo, el arzobispado prepara un estudio sobre el alcance legal y social de la polémica, que pronto se dará a conocer. En él se detallan los fundamentos de Derecho Civil y Canónico que inciden en este asunto.