Ángela de la Cruz nació en A Coruña y actualmente vive y trabaja en Londres, donde decidió estudiar Arte. La artista fue nominada al Premio Turner en el año 2010 y ganó el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2017. Las obras de De la Cruz son crudas y violentas, rompiendo con las normas prestablecidas.

El trabajo expuesto en la VIII Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE es ‘Transfer (Ivory)’, 2011. Formado por un sofá, una silla y una caja de madera, la pieza transmite una idea limpia y simple. La transferencia a la que alude el título de la obra hace referencia al movimiento en una sala de espera de un hospital. La altura de la caja blanca es la de la autora sentada en su silla de ruedas. Además, la obra trata sobre la transferencia de imágenes como tecnicismo de su arte. Sus obras son un autorretrato de su discapacidad: De la Cruz usa silla de ruedas tras una hemorragia cerebral.

Elisa González nació en Vigo y comenzó a producir arte tras su Erasmus en el Wimbledon College of Art, especializándose en cultura e instalación. Más tarde, hizo un máster de Investigación en Arte y Creación en la Universidad Complutense de Madrid.

La artista presenta su obra ‘Crepitantes’, en la que ilustra su fibrosis quística a través del personaje del moco, que la acompaña a todas partes y está representado en escenas de su vida cotidiana. El proyecto recibe este nombre en alusión al sonido que produce el aire entrando por las vías respiratorias y encontrándose mucosidad.

María Ruido, nacida en Ourense, es profesora en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. Su trabajo se centra, entre otras cosas, en la construcción social del cuerpo y la identidad. Además, su obra ‘Plan Rosebud 2. Convocando a los fantasmas’ fue ganadora del premio al mejor documental internacional en el 47º Festival de Cine Independiente de Nueva York.

En su propuesta ‘Estado de malestar’, presentada en La Casa Encendida como actividad de la Bienal, María Ruido aborda la enfermedad y la salud mental. Tras la lectura de textos contemporáneos y el establecimiento de conversaciones con expertos, Ruido reflexiona acerca del sufrimiento y la condición social de tristeza crónica.