Ese método consiste en que los traficantes portan la dosis de estupefaciente en la boca y cuando un drogodependiente la adquiere, el vendedor se la transfiere a través de un contacto bucal, en algunos casos, o, en otros, escupiéndola al suelo, de donde el comprador la recoge.

Los detenidos, que habitaban en una pensión de la calle San Agustín, son de Guinea Bisau, Liberta, Mozambique, Angola y Suráfrica. Los agentes les ocuparon 140.000 pesetas en metálico, diversas joyas yaparatos de sonido de procendencia ilícita, tarjetas provisionales de refugio y unas diez mil dosis de heroína.

Ese servicio policial, encaminado a erradicar la venta de estupefacientes en la almendra central de la ciudad, es fruto de la vigilancia a la que los funcionarios vienen sometiendo a los "camellos" de esa zona, lo que permitió descubrir el "trapicheo".

Por otra parte, dos delincuentes, armados con pistolars, atracaron ayer una sucursal bancaria situada en el distrito de Chamartín, de dode se apoderaron de 300.000 pesetas.