Garzón envió al citado funcionario al Hotel Meliá Castilla (Madrid), donde se encontraba hospedado el diputado argentino Humberto Roggero, quien, previamente, había mostrado su disposición de declarar ante el juez para aportar datos a la investigación que Garzón lleva a cabo con el fin de esclarecer la desaparición de varis miles de personas durante la dictadura argentina, entre ellos varias decenas de españoles.

Según denunció el juez, al entregar al diputado argentino la citación procedente del juzgado, "y ante la perplejidad del funcionario, éste se vio sorprendido por la maniobra informativa preparada por el señor testigo".

Al parecer, el funcionario fue rodeado por numerosos medios de comunicación argentinos que le presionaron para saber el sentido de la citación. Garzón denunció una "burla hacia la comisión udicial previamente orquestada, con el fin de provocar información sesgada y manipulada", ya que posteriormente se informó de que Garzón había enviado a la policía para hacer declarar al diputado.

Clemente Auger, a la vista de la queja sobre el trato dado a "un honrado funcionario judicial", decidió trasladar la protesta de garzón al Poder Judicial, para que tome las medidas oportunas.

LA FISCALIA INSISTE

Ayer tarde, la Fiscalía trasladó al juez una nota en la que le recuerda que el citado es u diputado y, como tal, merece el trato que se refleja en la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

El juez contestó alegando que se trataba de un diputado no español, y que en todo caso se desconocía si su viaje fue realizado en condición de diputado.

No obstante, fuentes de la Fiscalía consultadas por Servimedia reiteraron hoy la teoría de la cordialidad hacia los diputados de otros países que viajan a España y apuntaron que, desde el conocimiento extraprocesal del caso, se decidió hacer la nota de aye para recordar la calidad de diputado del llamado a declarar y para insistir en que se trataba de un viaje oficial.