Esta nueva moneda que lanzará el gobierno de Adolfo Rodríguez Saá, para impulsar el consumo interno y la reactivación, será equivalente a un peso actual y serviría para "pagar todas las deudas, incluso las bancarias, las tarifas o los sericios".

Esta tercera moneda, aunque entre los colaboradores del presidente, según el rotativo argentino, prefieren denominarla "nueva", es junto con la moratoria de la deuda externa, el objetivo central de todo el plan económico de la actual Administración.

Sin todavía concretar los términos de la emisión, la intención del Gobierno sería que el "Argentino" se transforme, poco a poco, en la nueva moneda del país, y la fluctuación respecto al dólar sería, según algunos técnicos, una forma "civilizaa" de salir de la convertibilidad sin los grandes costos económicos y sociales de una devaluación o lo necesario para abandonar la paridad entre el dólar y el peso.