El informe afirma que el crecimiento en la zona será cercano al 3% este añ, frente al 5,3% de 1997, y que se desacelarará cerca del 2% en 1999. Por su parte, la tasa de inflación descenderá levemente, para situarse alrededor del 8% en el próximo año.

Las necesidades de financiación de la región alcanzarán en 1999 una cifra similar a la del presente año, en torno a 80.000 millones de dólares o el 4% del PIB, de la que casi el 40% corresponde a Brasil.

Argentaria considera poco probable que se produzcan "maxidevaluaciones" en cadena en Iberoamérica, aunque sí una devaluaión significativa en Venezuela y depreciaciones adicionales de las monedas de Ecuador, Colombia y Brasil.

Según el estudio, los últimos acontecimientos producidos en el área tienen su origen, entre otros factores, en la caída del precio de las materias primas o la crisis del sudeste asiático.

Asimismo, Argentaria afirma que las perspectivas económicas de Iberoamérica han empeorado de forma notable en relación con los resultados obtenidos en 1997 debido, fundamentalmente, a factores exógenos.

Entre estos factores el informe cita en primer lugar el clima (el Niño), que ha provocado un descenso notable de la producción agraria, además de importantes pérdidas en la infraestructura. El país más afectado por la mala climatología fue Perú.

El otro factor que afectó con más fuerza a la economía de Iberoamérica fue la crisis del sudeste asiático, iniciada a finales de 1997 pero que se ha recrudecido recientemente tras el efecto contagio a otros países, especialmente a Rusia.

El estudio no conempla una resolución rápida de los problemas de Asia y señala que el crecimiento de Estados Unidos y en menor medida el del conjunto de Europa se desacelerará en 1999.