El representante e Andalucía en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, el consejero de Economía, Jaime Montaner, votó afirmativamente a la última propuesta presentada por el Gobierno central sobre la cesión de un tramo del IRPF a las comunidades autónomas.

Arenas, que presidió en Fuengirola la reunión del Comité Ejecutivo del PP andaluz, criticó al presidente de la Junta, Manuel Chaves, por haber votado afirmativamente la cesión del 15 por ciento del IRPF a las autonomías, "vulnerando los acuerdos del Parlamento ndaluz".

La Cámara legislativa andaluza aprobó recientemente un documento de apoyo al Gobierno autonómico en el debate interregional sobre el nuevo modelo de financiación, siempre que éste contemplara medidas paliativas al déficit de la sanidad andaluza y la nivelación de los servicios básicos.

Sin embargo, según Javier Arenas, ninguna de las dos condiciones aprobadas por el Parlamento están aseguradas en el modelo propuesto por el Gobierno y aceptado por la mayoría de las comunidades autónomas. En este sentido, Arenas dijo sentirse "defraudado" por la actitud de Manuel Chaves. "Ningún andaluz puede estar satisfecho de la postura de Chaves, el único que lo puede estar es Felipe González", dijo el dirigente popular.

Diversos sectores sociales y políticos de Andalucía estiman que el nuevo modelo de financiación autonómico beneficiará a Cataluña en detrimento de las comunidades más pobres, si bien Javier Arenas aseguró que su partido "no va a recurrir al agravio ni al 'quejío' ni al enfrentaiento".

"El problema de Andalucía", continuó Arenas, "no está en Cataluña ni en el País Vasco, el problema de Andalucía está en Felipe González y Manuel Chaves".

El presidente del PP andaluz dijo que "nos hemos jugado el futuro" en el Consejo de Política Fiscal y Financiera celebrado ayer en Madrid, al entender que el Fondo de Compensación Interterritorial "no garantiza la neutralidad".

Asimismo, el dirigente del PP señaló que el modelo de financiación aprobado conllevará un "crecimiento delgasto público, que es el precio que Felipe González debe pagar si quiere seguir siendo presidente".