En el Partido Popular de Málaga persiste la inestabilidad desde hace años, ya que ninguna de las facciones (democristianos, viejos conservadores y "manchistas") ha realizado los esfuerzos necesarios para consolidar un equipo de Gobierno.

Las gestoras se han sucedid sin que ningún comité ejecutivo provincial lograra hacerse con el control del partido. Las luchas internas pudieron más que los esfuerzos pacificadores de los conservadores notables, entre ellos el ex presidente regional, Gabino Puche.

Poco después de que fuera elegido presidente de los populares andaluces, Javier Arenas proclamó que la solución a los problemas del partido en Málaga "era fácil", señalando como el elementos básico para la normalización el "diálogo".

Sin embargo, Arenas mostró su poyo total a la presidencia provincial y portavoz del PP en el Parlamento Andaluz, un joven abogado malagueño de clara ascendencia política democristiana.

Este apoyo fue entendido por buena parte de las bases como una imposición, y casi simultánemente el seguidor de Antonio Hernández Mancha, José López Alcaide, anunciaba la presentación de una candidatura; al igual que hizo el notario y ex alcalde de Málaga, Cayetano Utrera, encuadrado entre los viejos conservadores.

A poco más de un mes de la ceebración del congreso provincial, no se descarta que otros militantes presenten también nuevas candidaturas, lo que vendría a echar por tierra los planes de Javier Arenas en Málaga.

En principio parece que Atencia cuenta con mayores posibilidades, ya que además de ser el candidato oficial cuenta con el respaldo de la diputada Celia Villalobos, Nuevas Generaciones, que conforma el 18 por ciento de la militancia.

Cayetano Utrera, un hombre muy respetado por la sociedad malagueña, intenta capitaliza los votos de aquellos militantes que apenas participan en la vida política del partido; mientras que López Alcaide, el menos conocido de los tres, podría convertirse en la candidatura "pivote" del congreso provincial.

Entre la militancia del PP se puede observar cierta crispación, ya que sea cual sea el resultado final del congreso, la candidatura que resulte elegida no gozará de la estabilidad que el propio Javier Arenas pretendía otorgar al partido en Málaga.