Esta situación, en opinión de los armadores, puede prvocar el esquilmamiento del caladero, con el consiguiente perjuicio para la flota barbateña, compuesta por más de doscientos barcos y con mil trescientos puestos de trabajo directo generado por esta actividad.

José Moreno de Cuvillo, portavoz de ACORMAR, manifestó que la captura ha descendido en un 35 por ciento, a lo que habría que añadir la inflación del seis por ciento del año pasado.

Gracias a los tres meses de "paro biológico" que voluntariamente realiza la flota barbateña cada año, se han cnseguido en ocho años unos ingresos -en primera venta- superiores a ocho mil millones de pesetas.

La citada sociedad denuncia que unos 400 barcos de Punta- Umbría (Huelva) y Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), no respetan los acuerdos establecidos con la Administración para la conservación del caladero, efectuando capturas de alevines y realizando su venta fuera de lonja sin control alguno.

En opinión de José Pereira, presidente de ARCOMAR, el Plan de Pesca sólo ha servido para que, al amparo de las atorizaciones de cambio de modalidad, se incrementen en un 300 por cien el número de embarcaciones que pescan el boquerón sin ningún tipo de control administrativo.

Por su parte, Cuvillo advirtió del peligro de desaparición del caladero, en el que durante el período de marzo a junio del pasado año se capturó por valor de 1.142 millones de pesetas, por los 780 millones de este año en el mismo período.

Asimismo, apuntó la posibilidad de que por otros puertos españoles se esté importando boquerón, prcedente de Italia, con el consiguiente perjuicio para la economía nacional.

La flota barbateña, para demostrar la falta de control de la Administración, depositó la documentación de sus embarcaciones en la Comandancia Militar de Marina de Cádiz y salió a faenar de forma ilegal, "sin que nadie nos controlara".